Benito Pérez Galdós, Aita Tettauen (1905)
Guía de lectura

PRELIMINAR:

Aita Tettauen es una novela histórica que pertence a la serie de 46 novelas históricas --"episodios nacionales"-- escritas por el prolífico novelista Benito Pérez Galdós, entre 1872 y 1912. En cada una de estas novelas Galdós convierte en ficción 46 diferentes momentos o "episodios" de la historia nacional española reciente, desde 1805 hasta 1880. La ficción fue para este discípulo de Charles Dickens (y del realismo europeo) el laboratorio donde procuraba confirmar sus teorías acerca de las causas históricas del momento actual, donde especulaba acerca de particular forma de ser y de pensar de los españoles. Galdós nos tienta a cuestionar en cada momento de la relación entre historia y ficción, la realidad y su representación. Lo hace en una serie de novelas donde personajes de ficción --como Juan Santiuste-- conviven con personajes históricos, como Leopoldo O'Donnell o Pedro Antonio de Alarcón. Esta mezcla particular de lo verídico y lo imaginario es la seña principal de la novela histórica del siglo XIX.

El "episodio nacional" que Galdós trata en Aita Tettauen es la declaración de guerra por el gobierno de Antonio Cánovas del Castillo, en 1859, con Isabel II sobre el trono. La forma de goberno en España en este momento fue, como es hoy, una monarquía parlamentaria. El monarca es el jefe del Estado; el Primer Ministro, el presidente del gobierno

La novela empieza con la declaración de la guerra, en octubre de 1859, y termina con la entrada de las tropas españolas en la ciudad marroquí de Tetuán en la primavera de 1860. Cómo se nos presentan los hechos --las diferentes voces (narrativas) y lentes (perspectivas)-- son tan importantes como los hechos mismos, tal vez incluso más.

El título de la novela deriva de:

  • Aita = un género musical popular en el que el canto predomina sobre los demás componentes (ritmos, danzas, etc.). El término 'aita', que deriva del verbo 'ayyat' (=llamar), nos recuerda que casi todas las 'aitas' comienzan con la invocación de Allah y de sus tantos. La llamada ('aita') señala por tanto el comienzo y sirve para invocar la inspiración divina.
  • Tettauen = el nombre de la ciudad Tetuán, que significa Ojos de manantiales y que está situado en el norte de África, a poca distancia de Ceuta (enclave español).

Antes de comenzar la novela puedes aprender más sobre Galdós y sobre su época en:

Una introducción a la historia de España en el siglo XIX
Benito Pérez Galdós en contexto


Atienza: 
"El ejército de África recibido en la Puerta de Sol (Madrid)"

LA GUERRA DE AFRICA, LAS GUERRAS DEL RIF:

1859 - 1860: La Guerra de África (timeline)

La Guerra de África estalla bajo el reino de Isabel II en diciembre de 1859 y, en su primera campaña, duró cuatro meses, terminando con el tratado de Wad-Ras el 26 de abril de 1860. A consecuencia de su victoria en esta primera campaña, España garantizó su presencia político-militar en el continente africano, precisamente en los enclaves de Ceuta y Melilla (todavía hoy pertenece a España) además de otros pequeños territorios anteriormente pertenecientes al sultanato de Marruecos.

Los protagonistas del drama en su primer acto:
La reina Isabel II y los político-militares Leopoldo O'Donnell (1809-1867) y Juan Prim (1814-1870) fueron los responsables por esta iniciativa colonialista. Como explica Galdós, la política de "acercamiento" a Francia --el deseo de repartir la tarta colonial con el país vecino del norte-- es satirizada en la caricatura de Isabel con Napoleón III de Francia.


1909 - 1910: La segunda Guerra del Rif (timeline)

Esta guerra comienza cuando las tribus del norte de Marruecos se sublevan contra la autoridad colonial. En esta nueva fase militar España amplia su dominio territorial sobre el llamado Protectorado Español, creado gracias a los acuerdos hispano-franceses de 1912. Los conflictos bélicos continuarán de forma más o menos esporádica casi dos décadas, hasta la pacificación del Protectorado en 1927.


Mapa del "Protectorado español," la zona de Marruecos que quedó bajo la autoridad política de España desde 1912 hasta 1956.


1920 - 1925: La tercerca Guerra del Rif (timeline)

Entre todos los episodios de la guerra de África o del Rif se destaca la batalla de Annual (Nador, 1921) como el más cruento, una auténtica carnicería en la que alrededor de 10.000 tropas españolas pierden la vida. El "desastre de Annual," será el tema de nuestras próxima lectura, la novela Imán de Ramón Sender. El desastre produjo una enorme reacción popular y literaria en España y condujo en 1923 a la caída de la monarquía --Alfonso XIII-- y la subida al poder del dictador Miguel Primo de Rivera.

1956:

Marruecos consigue su independencia de Francia (en el sur) y España (en el norte) en el mismo año.

TERMINOLOGÍA GEOGRÁFICA

La acción empieza en Madrid pero transcurre, en su mayoría, en el norte de Marruecos (adjetivo: marroquí, marroquíes). En este mapa, identificar los puntos de referencia geográficos principales: Madrid, Ceuta, Tetuán ("Ojo de Manantiales," en la novela) y Fez.

El Magreb (adjetivo: magrebí, magrebíes) es una denominación geográfica que se aplica la parte occidental del norte de África. Identifica los países que configuran el Magreb en estos mapas:

 

PRIMERA PARTE: Madrid, octubre-noviembre 1859

El árbol genealógico de la familia Jerónimo Ansúrez
Jerónimo Ansúrez, el “celtíbero” (de Villa del Prado, Osma)
Vicente Halconero - Lucila Ansúrez Gonzalo Ansúrez (‘El Nasiry’; 'muladí) Leoncio Ansúrez - Virginia
Vicentito Pilarita Bonifacio Manolo ¿?    
     

Otros personajes:

  • Jacob Méndez
  • Juanito Santiuste: vinculado a Leoncio Ansúrez por sus aficiones literarias

  1. Originarios de una ciudad pequeña, el Burgo de Osma, en el corazón de la Castilla más tradicional, Vicente y Lucila Halconero se trasladan a Madrid con el fin de buscar una solución médica a la enfermedad que su hijo, el joven Vicentito, padece tras la caída de un caballo. La familia se instala en su casa en la plazuela Concepción Jerónima, para el deleite del niño, adicto a las historias de heroismo militar. Convaleciente, el niño se convierte en espectador del drama nacional --la euforia belicista popular-- que se desata cuando Cánovas del Castilla declara la "guerra contra el moro." Es el mes de octubre de 1859.
  2. Diferentes miembros de la familia Ansúrez reflexionan sobre los dilemas que la nueva situación política supone para ellos.
  3. Se sigue viviendo la dramática situación política dentro de la casa de los Ansúrez. La "guerra contra los moros" se enfoca desde distintos puntos de vista, empezando con la conversación entre Vicentito y su madre, Lucila, y terminando con el coloquio entre los mayores, con la llegada de un personaje central: Juanito Santiuste.
  4. Después de la cena, urante la "tertulia" entre familia y amigos, se sigue discutiendo los lazos entre españoles y "moros," con enfoque en la cuestión de modas y la temporalidad de ambas culturas. A la hora de acostar Lucila a su hijo, este expresa su enfado porque su madre intenta amainar la influencia de las pasiones patriotera sobre el joven enfermo. Lucila pasa una mala noche. El capítulo termina en el amanecer del día de los desfiles.
  5. "Entrando noviembre, todo Madrid repetía en variedad de formas el juego de guerra de los niños de Halconero" (31): la narración gira aquí, pasando del caso singular (la familia Halconero Ansúrez) al colectivo (la sociedad española). La idea, convencional en novelas históricas del siglo XIX, de que la casa y la familia son el microcosmo de la nación, se expone de manera explícita al comienzo de este capítulo: de los juegos de guerra infantiles, dentro de casa, pasamos a las pasiones bélicas de la sociedad española (madrileña), de las miles de personas de todas las clases sociales que no hacen más que teorizar sobre la invasión que se avecina. A continuación Galdós incluye datos históricos, relacionados con las maniobras del gobierno para inventar la guerra y así salir de una crisis política: "Si no inventa O'Donnell la guerra de África, sabe Dios lo que habría pasados. Fue la guerra un colosal sahumerio [aromatic smoke]...." La intensidad de todo esto es demasiado para don Vicente (padre) Halconero, que tiene un patatús a consecuencia de la emoción.
  6. El infarto de Vicente Halconero ante la noticia de Juanito Santiuste (que se va a la guerra: 36) marca el comienzo de una yuxtaposición (velorio en casa, patriotismo en la calle) que resulta tajante al comienzo del capítulo VII: "subían el ataúd [de Halconero] . . . gran estrépito militar venía de la calle" (42). Tales estrategias (es decir, esta yuxtaposición) son literarias obviamente. ¿Qué podría tener en menta Pérez Galdós a la hora de crearla? ¿Qué quiere señalar?
  7. La estrategia literaria de proyectar la situación colectiva mediante la perspectiva individual culmina en el capítulo VII. El cuadro de Madrid y las multitudes sirve de telón de fondo para la nueva aventura de Juanito Santiuste, quien procede a la estación de Atocha para coger el tren y viajar con las tropas a Marruecos. Sentimos el fluir imparable de las masas en dirección hacia la estación de Atocha, en dirección hacia el sur, hacia la conquista. Parece como si la nación entera ha cogido el tren de la histeria.

 

SEGUNDA PARTE: África.--De Ceuta al Valle de Tetuán: Noviembre y diciembre de 1859 - Enero de 1860

CAPÍTULO I

Resumen: Juan (Juanito) Santiuste, cronista la guerra, acompaña a las tropas, bajo el mando de Leopoldo O'Donnell, desde Madrid hasta Cádiz y de Cádiz a Ceuta (en barco). Desde Ceuta inician las tropas su invasión del territorio marroquí. Las primeras impresiones de Santiuste de tierras marroquíes y de la primera escaramuza (batalla) entre tropas españolas y marroquíes ("moros"). El objetivo de la invasión es llegar a Tetuán (ver mapa).

  1. Clavileño es el nombre de un caballo de madera que aparece en el capítulo XLI de Don Quijote de la Mancha. Como sabemos, con Don Quijote Cervantes construye una parodia de la caballería andante (knight errancy), del heroísmo correspondiente y de los libros medievales ("libros de caballería") que lo representan. Dentro de los esquemas paródicos de la novela de Cervantes, Clavileño --lo mismo que "Rocinante" (el caballo de don Quijote) sería la proyección burlesca de los caballos que los héroes de antaño, los cuales ascenían al heroismo idealizado gracias a su proeza y su nombre. El caballo del Cid, por ejemplo, se llama Babieca. Al adoptar el nombre "Clavileño," ¿adopta Galdós también el espíritu irónico-burlesco de Cervantes hacia nociones quizá desfasadas (antiguas) del heroismo?

    Representaciones de Clavileño a través de los siglos

  2. En su llegada a Marruecos, Santiuste sirve como pretexto para trasmitir una perspectiva global de las primeras batallas de la guerra. Presta atención a la importancia que Galdós concede a las "facultades mentales" de Santiuste, a sus sentidos, su acto de "ver" y de "oir." Santiuste experimenta una fuerte desorientación inicial, debido a trastornos por el viaje en barco y a las fuertes diferencias culturales que experimenta. Esta desorientación, ¿como le afecta en su papel de cronista o testigo?
  3. La figura del testigo o cronista es una entre muchísimas maneras en que Galdós problematiza la cuestión de la representación como tal (representation in and of itself). Santiuste es muy consciente de su cometido, de "referir puntual y rectamente cuanto viese," y lo hace por ejemplo en cartas que escribe a su amiguito, Vicentito Halconero, nutriendo así la imaginación infantil y las fantasías de heroismos del niño. ¿Qué añade a este tema el siguiente pasaje:

    "Medio repuesto y a del gran quebranto del viaje, salió Juan a pasear por el campamento, y no fue poco su asombro al ver que, recorriendo un gran espacio de terreno, no dejaba de ver tropas y más tropas. Queriendo llegar al fin de aquel humano enjambre, siguió laderas abajo y laderas arriba hasta dar en un cerro que llamaban del Renegado. . . . Aún conservaba el sentimiento de su deber, no turbado por el cansancio; aún hervía en su mente la ilusión de grandezas épicas, anunciadas por la voz inequívoca de los corazones, así como por la profética voz de los vates políticos y literarios."

  4. En el siguiente pasaje, compara la manera en que Galdós describe a batalla con la representación de la guerra en cuadros del pintor catalán, Mariano Fortuny, enviado también a Marrueca, en realidad, como Santiuste en ficción, como cronista de la guerra:

    "Vomitó Sierra Bullones gran morisma . . . daba el cuerpo los berberiscos con espantosa gritería . . . Santiuste y el joven Clavería, que también era un poco literato y enjaretaba versos como todo buen español de veinte años, pusieron toda su atención en el espectáculo que delante tenían. Vueltos de cara al Oeste, por donde se columbraba la angostura llamada boquete de Anyera (a mountain gap near Ceuta), vieron que los moros salían por aquella parte como nube de moscas. Admiraba el cronista su agilidad de saltamontes; las burdas chilabas, del color de la tierra, les confundían con esta; se les veía perderse entre matorrales y salir de ellos saltando, con rápida flexión de sus zancas obscuras."

    Mariano Fortuny
    A la derecha: "La carrera de pólvora" (1863)
    Abajo, de izquierda a derecha: "La batalla de Tetuán" (1863) y "La batalla de Wad-Rass" (1866)

    Otros cuadros que pueden relacionarse son: Gonzalo Bilbao Martínez  (1860-1938), "Tetuán / Corriendo la pólvora"; Francisco Lameyer Berenguer  (1825-1877), "Combate de moros"; Eduardo Rosales Gallina  (1836-1873), "La batalla de Tetuán"
CAPÍTULO II

Resumen: Las primeras bajas (heridas y muertes) hacen un gran efecto en el alma de Santiuste. En su conversación con Santiuste, el cérigo castrense (el sacerdote militar) expresa ideas poco ortodoxas acerca de la religión y la guerra. Después de una segunda batalla, Santiuste, a pesar de sus primeros titubeos (dudas), envía a Vicentito su informe sobre la "hermosa y teatral acción" de las tropas españolas.

  1. ¿Por qué podríamos ver en el siguiente pasaje una denuncia feroz de la guerra?

    "Los heridos que en las tiendas de sanidad veían eran cientos, y a él le parecieron miles. Los muertos que vio recoger y conducir a las sepulturas, formaban en su mente fúnebre legión. Iba el capellán castrense de un lado para otro echando responsos con militar presteza, y a su paso desaparecían bajo la tierra tantos y tantos jóvenes que horas antes fueron vigorosos, sentían intensamente la alegría de vivir, y se juzgaban mantenedores del honor de su patria. Por esta caían en el hoyo, como los musulmanes perecían también por el honor de la suya juntándose debajo de la tierra los dos honores, que en la descomposición de la carne quedarían reducidos a un honor solo. El noble corazón del orador y poeta sintió la misma lástima ante los muertos berberiscos que ante los cristianos. Estos eran enterrados con mayor respeto; los otros por simple ley de sanidad, para que no corrompieran el aire. Vio en los moros caras muertas de pavorosa hermosura."

  2. "En sucesivas conversaciones...": Nota la crítica implícita de la noción de la guerra divinal, donde Galdós denuncia las fronteras religiosas entre la Cristiandad y el Islam levantadas en torno a la imagen del "apóstol Santiago . . . general de españoles y matador de moros" (56). El capítulo II termina con la imagen de Santiago apóstol otra vez (en la carta de Santiuste a Vicentito), un modelo de heroísmo preestablecido que resulta útil para Galdós.
CAPÍTULO III

Resumen: Más batallas, más bajas, la añoranza de las tropas españolas en época de Noche Buena y Navidad. Santiuste sigue viendo el lado grotesco de la guerra, mientras se encuentra con dos amigos: Leoncia Ansúrez, personaje de ficción (hermano de Lucila, tío de Vicentito) y Pedro Antonio de Alarcón, escritor español de la época.

  1. La descripción de los heridos de guerra en el hospital sigue en el mismo tono que descripciones en los capítulos anteriores. Para todo esto, Santiuste sigue siendo nuestro ojo errante.
  2. Al final del capítulo III, Santiuste se encuentra con Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891), un importante escritor granadino del siglo XIX, autor de "El Sombrero de tres picos" (que inspiró un importante ballet de Manuel de Falla) y que publicó también su Diario de un testigo de la guerra de Africa. Según un crítico, "[la guerra de Africa] parecía a Galdós, no sin razón, una pequeña aventura guerrera, una imitación del cesarismo francés . . . que despierta en Alarcón su «nacionalismo épico»". Sigue la dialéctica que se desarrolla aquí (capítulo IV) entre la actitud de Alarcón y la de Juan Santiuste.
Arriba: Foto de Pedro Antonio de Alarcón;
portada de su Diario de un testigo de la Guerra de África;
A la derecha: conmemoración filatélica (de la época) de la Guerra de Africa
 

 

CAPÍTULO IV

Resumen: Diálogo imaginario e imaginativo en el que Pedro Antonio de Alarcón y Juan Santiuste (¿< 'santo' y 'justo'?) debaten sus ideas acerca de la guerra y la religión. Este diálogo se desenvuelve en la tienda (tent) de Alarcón, con sus "refinamientos epicúreos."

  1. El papel de Juan Santiuste sirve para plantear el papel del arte y de la literatura --de los artistas, de los intelectuales-- ante los hechos históricos. Trata de formular ideas al respecto. Ten en cuenta la siguiente declaración: "en el fondo todo de esto no hay más que un plan político: dar sonoridad, empaque y fuerza al partido de O’Donnell" (69).
  2. En el diálogo entre Juanito Santiuste y Pedro Antonio de Alarcón, analiza las diferencias ideológicas que separan a estas dos figuras. ¿En qué se basan estas diferencias? ¿Qué ideas los separan? Considera:
  3. Galdós no deja de tocar el tema del lenguaje y, por extensión, la cuestión de la representación: "¿No es verdad, amigo mío, que muchas palabras de constante uso no son más que falsificaciones de las ideas? El lenguaje es el gran encubridor de las corruptelas del sentido moral, que desvían a la humanidad de sus verdaderos fines…"
  4. El anticlericalismo de Galdós, en general, y su rechazo absoluto de la doctrina del celibato en particular son actitudes suyas conocidísmas entre sus lectores. ¿Cómo nos ayuda este dato a interpretar este capítulo?
  5. Figuras políticas que aparecen nombradas en esta sección:
CAPÍTULO V

Resumen: Terminada la conversación con Alarcón, Santiuste se duerme. Es Nochevieja, 1859. Al día siguiente presente un combate tremendo entre los húsares y los "moros," cuerpo a cuerpo.

Imagen de un  húsar
soldado de caballería ligera que iba vestido a la húngara (Siglo XIX).
  1. Se combinan dos temas, la lengua y el heroismo (la epopeya), en este comentario de Santiuste a Alarcón: "el impío desprecio con que se mira a los pobres moros. Nuestra lengua es una hoja bien afilada para cortar cabezas mahometanas un instrumento sonoro y retumbante para dar al viento las fatuidades y jactancias históricas… Pero tú has descubierto y has empleado antes que ningún escritor el arte de suavizar ese instrumento, tocándolo con gracia inaudita. Tú sabes quitar a los sonidos épicos su vana hinchazón, dándoles una elegancia incomparable, haciéndolos simpáticos a nuestros oídos y acomodándolos a los nuevos modos de lenguaje…"
  2. Pedro Antonio de Alarcón se jactaba de "moro" por ser de Granada y así proselitaba que los españoles y marroquíes son, en el fondo, una sola raza. Analiza la manera en que Galdós capta este tema en su descripción de Alarcón, proyectada mediante la perspectiva de Santiuste:

    "Perico Alarcón era un perfecto agareno (musulmán). Viéndole de perfil, la vivaz mirada fija en el papel, ligeramente fruncido el ceño, apretando uno contra otro los labios, Santiuste llegó a sentir la impresión de tener delante a un vecino del Atlas (Marruecos). «Si no estuviera yo despierto —pensaba parpadeando—, creería que uno de esos caballeros de zancas ágiles, de airosa estampa y de rostro curtido, se había metido en esta tienda para escribir en ella la relación épica de los combates, trabucando irónicamente el patriotismo… Así le sale historia de España lo que debiera ser historia marroquí… Perico, moro de Guadix (= ciudad de la provincia de Granada), eres un español al revés o un mahometano con bautismoEscribes a lo castellano, y piensas y sientes a lo musulmán… Musulmán eres… El cristiano soy yo» ."

  3. La Casa del Morabito: un lugar mencionado como escenario de batalla entre las tropas españolas y los marroquíes. Un "morabito" es una especie de ermitaño (hermit) religioso, dedicado a la vida retirada y a la oración.

    Morabitos en diferentes zonas de Marruecos

CAPÍTULO VI

Resumen: Una batalla cruenta, el 1º de enero de 1860, en la que se destacan la brutalidad contra los marroquíes y el tema del delirio (la demencia) de la guerra. Leoncio Ansúrez y Juanito Santiuste se separan. Santiuste encuentra a su amigo al final, herido.

  1. Compara esta descripción de las tropas marroquíes con otras que hemos visto antes, y con los cuadros de Fortuny:

    "Por todas las que rodean el valle de los Castillejos aparecían moros formando nube: sus voces desconcertadas, que en nuestra lengua conservan el nombre de al-garabía, eran de lejos como el zumbido de infinitas abejas abandonando infinitos colmenares… Todo el Ejército vio con mudo estupor el tempestuoso nublado." (Buscar la palabra algarabía en el diccionario.)

  2. Trata de evaluar la manera en que Galdós describe este encuentro militar. ¿Es que pueden identificarse señales de cierto pacifismo en la retórica de Galdós? analiza, por ejemplo:

    "En bandadas huyeron. Las posiciones quedaron rescatadas; el suelo limpio de moros vivos, no de muertos, pues tantos eran que daba horror ver el campo. No pocos españoles yacían entre los despojos de tan horrible matanza. Las dos patrias, las dos religiones, semejantes, en aquel empeño de honor, a las antiguas divinidades iracundas que no se aplacaban sino con holocaustos de sangre, ya podían estar satisfechas. Y los muertos, el sin fin de hombres sacrificados en el ara sacrosanta, ¿qué pensarían de aquel furor con que los degollaban como carneros para que desarrugase el ceño la diosa implacable?… ¿Será verdad que la diosa, cuando bebe mucha sangre, se pone muy contenta, y en su seno acoge con amor a las innumerables víctimas de la guerra? Así por lo menos se dice en todas las odas que consagran los poetas a cantar batallas…"

    ¿Qué conexión podría hacerse aquí entre este motivo y las multitudes madrileñas, descritas al comienzo de la novela, cuando Juan Santiuste se dirigía hacia la estación de tren?
CAPÍTULO VII

Resumen: Santiuste sustituye a un camillero (stretcher-bearer; 'camilla' = stretcher) y descubre que el herido que transporta es Leoncio Ansúrez.Santiuste comparte con su amigo sus emociones ante la tragedia de la guerra (muertes, heridos) y ante la valentía militar (el general Prim). Leoncio cree haber visto a "su hermano moro," Gonzalo Ansúrez, morir en la batalla recién librada. Sin embargo, la manera en que se relata este episodio sugiere que las impresiones de Leoncio pueden ser inseguras. No menos inseguras son las impresiones de Juan, que cree haberlo visto a Gonzalo sin haberlo conocido nunca. Se afianza en el parecido de Gonzalo con su hermana Lucila (madre del niño, Vicentito, en Madrid). Tanto Leoncio como Juan fundan su interpretación de los hechos sobre datos poco fiables.

  1. En el primer capítulo (primera parte), Lucila Ansúrez describe a Juan Santiuste como un "loco." Luego, después de su travesía en barco desde Cádiz a Ceuta, Juan acaba profundamente desorientado, por los efectos del viaje sobre el mar, por la extrañeza de todo lo que encuentra en África. Aquí, el aguardiente de caña, "precioso licor" o "droga de maravillosos resultados" que Leoncio pide para combatir los efectos de su herida parece surtir efectos psicológicos sobre los compañeros reunidos en el hospital militar: "trastornadas mi vista y mi cabeza" dice Leoncio. ¿Podríamos clasificar estos momentos en la novela temáticamente?
  2. ¿Podríamos imaginar que los destrozos humanos podrían tener el mismo efecto sobre las facultades cognitivas o perceptuales que la droga o el acohol?
CAPÍTULO VIII

Resumen: La fiebre de Santiuste aumenta hasta el delirio en medio de un violento temporal. Los desgarros psicológicos del cronista le conducen a una profunda conversión: "El radical cambiazo en los sentimientos y en las ideas de Santiuste, llevándole del nacionalismo épico a las amplias miras humanas…."

  1. Compara cómo es representada la figura del general Juan Prim, en la imaginación delirante de Santiuste, con estas representaciones de la figura militar en cuadros del período:

    "Flotaba el desdichado poeta y orador en regiones aéreas, donde veía las cosas humanas en distinta forma y sentido del que abajo tienen. La gallardísima temeridad del General Prim, el día de los Castillejos, que más de una vez se había reproducido en el cerebro de Juan, inflamado por la fiebre, reapareció aquella tarde con mayor fijeza y colorido más real. El soñador se reconocía moro, sin recuerdo ninguno de haber sido español, y entre los moros combatía… Ya tenían los muslimes acorralados a los castellanos; y a les llevaban por delante, haciéndoles retroceder más allá de sus primeras posiciones, cuando de improviso vieron que se les iba encima, como descolgándose de los aires, la figura de Prim a caballo, blandiendo en una mano la espada fulgurante, en otra la bandera de Castilla… Y no era la figura del tamaño común de los hombres y de los corceles, sino veinte veces mayor: cada casco del caballo, al caer sobre los moros, aplastaba un gran número de ellos. El mismo efecto de magnitud olímpica hacía Prim entre los españoles, que, viéndose conducidos por caudillo sobrenatural, se creyeron de la misma talla, y de vencidos se convirtieron al instante en vencedores…"

    El General Juan Prim en la batalla de Castillejos El General Juan Prim en la batalla de Tetuán

  2. Galdós establece un paralelo entre el mito del Apóstol Santiago, tal y como lo ve el pueblo español, y la glorificación de Prim, en la imaginería del período (y en la imaginación delirante de Santiuste). Es interesante notar el contexto de esta imagen: el sueño (la "modorra febril") de Juan Santiuste, quien, hambriento y febril, se adormece.

    "En este punto, el soñador no era moro ni cristiano, sino un vulgar espíritu crítico, que diputó el engrandecimiento de la figura del Conde de Reus como un efecto subjetivo en la retina y en el alma de los combatientes embriagados por la lucha, y esta idea le llevó prontamente a ver claro que la aparición del Apóstol Santiago en Clavijo fue un caso semejante. Sin duda, en el Ejército del Rey de León hubo un Prim, que en un momento propicio a las alucinaciones, produjo en todos, moros y cristianos, la ilusión perfecta de lo sobrenatural, terror para unos, enardecimiento para los otros… El furor del combate ciega y enloquece a los hombres… Los hombres que creen firmemente en los milagros, los hacen…"

    Consulta esta página para conocer el mito de Santiago, el santo patrón de España, en sus tres proyecciones: Apóstol, Peregrino y Matamoros.
CAPÍTULO IX

Resumen: El ejército español, bajo el mando del general Leopoldo O'Donnell, es incapaz de avanzar hacia Tetuán, por el tremendo temporal que hay. Aislado y vulnerable, está falto de víveres y provisiones... hasta que se levanta la tormena y llega un barco, el Duero, con abastecimientos. No se entiende porqué Muley El Abbás, el jefe de los soldados rifeños, no aprovecha la difícil y frágil situación de los españoles.

  1. Es la primera Muley el Abbás, comandante de las tropas rifeñas (marroquíes; ver: el Rif). Conviene pensar en cómo se suele representar al "enemigo" en crónicas de guerra: Ho Chi Min, durante la guerra de Vietnam, por ejemplo, Sadam Hussein en la guerra de Iraq... y ¿qué podemos aprender de estos y otros ejemplos?



  2. Galdós aprovecha su representación del consejo de guerra de los generales para abrir una ventana sobre la mentalidad militar. Su perspectiva sobre "la morisma": el delirio de los musulmanes, que se remonta al mismismo profeta, "que se volvió tonto, quizás por bebedizos" (97).
  3. Este capítulo tiene un fuerte sabor a crónica militar de guerra.
CAPÍTULO X

Resumen: En medio de tantos destrozo, estragos y sufrimiento, Juan decide no continuar con el ejército. Su amigo Alarcón recomienda que Juan vuelva a España, pero le desconcierta la idea de "volver a España desilusionado y en tristísimo desacuerdo con las ideas dominantes en toda la Península." También le remuerde la conciencia por defraudar las ilusiones que Lucila y Vicentito han despositado en él, cronista del heroísmo patrio y militar. Mientras tanto, se produce una victoria militar española importante: la toma del Cabo Negro, que franqueará el paso del ejército hacia el valle de Tetuán.

  1. Analiza esta nueva ventana sobre la conciencia pacifista de Juan Santiuste:

    "El extenuado poeta Santiuste, que con lágrimas en los ojos les vio de lejos en tan heroico compromiso, se decía para su manta: «Odio la guerra, y admiro a los que sin esperar ningún beneficio de ella, inocentes piezas del ajedrez militar y político, se lanzan a empeños heroicos por un fin que sólo a los jugadores interesa. Cada día veo con más dolor de mi alma estos horrores inhumanos; pero también digo, despojándome hasta del último plumacho de la fanfarronería que fue mi encanto antes de venir aquí; también digo que no hay en el mundo soldados que hagan esto… batirse mojados y muertos de hambre por un ideal colectivo, la gloria, de que sólo les corresponderá parte inapreciable. O son ellos la misma inocencia, o llevan dentro un poder anímico de extraordinaria intensidad. Si el poder anímico produce estos actos en la guerra, ¿qué actos produciría en la paz? Falta saberlo; falta verlo. Pero no lo veremos, porque no hay caudillos que arrastren a los soldados a las hazañas pacíficas… No sé en qué consiste que el patriotismo es casi siempre un sentimiento guerrero; no concebimos la patria sino incrustada en la idea de conquista; no pronunciamos su nombre sin que en el aire repercuta con son de trompetas y tambores»."
  2. Analizar:

    "Los actos heroicos resultaban los mismos en todas las narraciones, y fatigaban al oyente, que ya conocía de antemano la furibunda carga de caballería, o la oportuna intervención de los cañones, vomitando muertes. Lo importante era que habíamos triunfado; que el campo quedó sembrado de cadáveres de enemigos, cosa muy bonita, que siempre relatan con hinchada satisfacción los narradores de batallas, diciendo a menudo con injuriosa y sacrílega frase que mordieron el polvo."

    ¿Es que Santiuste tiene conciencia de la “textualidad” del heroismo? ¿Qué relación se plantea aquí entre prácticas literarias y conciencia patriótica (heroica)?
  3. Curiosa la yuxtaposición de este párrafo y el siguiente (“Con todo su cariño y amenidad no lograba don Toro Godo aliviar las melancolías de Santiuste, ni curarle del terror que le infundía los cadáveres, así de cristianos como de agarenos” (103).  ¿Cómo se desarrolla el conflicto que Santiuste siente en torno al tema de la patria en sus sueños siguientes, con Lucila y Vicentito Halconero (104)?
  4. ¿Cómo interpretar las visiones que Santiuste tiene de Lucila (¿y Vicentito?) al final del capítulo?


CAPÍTULO XI

Resumen: Juan Santiuste y el clérigo castrense, don Toro Godo (notar el nombre), se pasean por la tarde, discutiendo sobre el tema del celibato (eclesiástico y militar). Su paseo termina con una vista panorámica sobre el valle de Tetuán.

  1. Toma nota de las posiciones contrastantes, entre don Toro Godo y Juan Santiuste, acerca del tema de la mujer en el combate. ¿Cómo interpretar, en particular, el siguiente comentario de Santiuste?: "Cegada la fuente del amor humano, ¿cómo hemos de apreciar y comprender el divino? Si nos sacáis los ojos, ¿cómo hemos de distinguir los colores? Cerradnos el oído, y no sabremos gozar de ninguna clase de música."
  2. Don Toro Godo recoge los "despojos" de guerra de los marroquíes para llevar de recuerdo a Madrid, como "baratijas exóticas."
  3. Otro ejemplo de la perspectiva panorámica, que Galdós insiste en relacionar con Juan Santiuste:

    "El mayor encanto del largo paseo de aquella tarde fue la repentina emergencia de un inmenso y luminoso panorama, que les saltó a los ojos al revolver de una loma pedregosa, como a media legua del campamento. Era el valle de Tetuán, ancho y risueño, término de la fatigosa marcha costera, y principio de una etapa militar más brillante y gloriosa. Lanzó Santiuste de su pecho exclamaciones de júbilo, y quedó absorto, saciando bien los ojos antes que la admiración descendiese a la palabra"

    Vistas panorámicas del valle de Tetuán, ayer y hoy


  4. Analizar la correspondencia entre la hora crepúscular (del paseo de Santiuste) y la naturaleza crepuscular de sus propias reflexiones sobre el tema del patriotismo:

    “Empezó a lloviznar: el hermoso paisaje que atrás dejaban don Toro y Juan se empañaba, se desleía en una atmósfera lechosa y tenue. Así, el alma desconsolada de Santiuste veía en sí misma el deslucimiento de las glorias guerreras, como colores que se desleían y rayos de sol que se mojan.”  

    Estos sentimientos “crepusculares” de Santiuste, ¿podrían tener algún simbolismo político para Galdós? ¿Podríamos relacionarlos con alguna actitud implícita hacia los códigos militares, el patriotismo, el heroísmo, la caballerosidad?


CAPÍTULO XII

Resumen: El 15 de enero llegan más provisiones y tropas. La victoria del ejército español está casi consumado. Los soldados comentan la llegada de mujeres en el vapor Barcelona, además de comida.  Pedro Alarcón confía un fardo para que Juan Santiuste lo lleve a una persona en Madrid.  Juan Santiuste sueña otra vez con Lucila, que llora… ¿por la muerte de "la épica militar"?

  1. El retrato de cierto tipo de masculinidad militar (o machismo) contrastará cada vez más con la sensibilidad de Santiuste, sobre todo más adelante en la novela. Aquí, esa sensibilidad puede delucidarse en sus visiones (sueños) de Lucila Ansúrez. Analiza los sentimientos de Santiuste, y su compleja relación con los Ansúrez (Lucila y Vicentito) en el siguiente pasaje:

    " Lo que entonces dijo Lucila [en su sueño] fue para Santiuste como si un rayo cayera sobre su cabeza... Del estremecimiento despertó, quedándose un mediano rato entre la realidad y el sueño.  Despierto y alucinado aún, decía: «Yo no le he matado, Luci... se ha venido abajo el castillo de la epopeya, y si al caer todo ese matalotaje quedó Vicentito enterrado entre los escombros, no es culpa mía, Lucia... Yo no derribé el castillo vetusto... se cayó él solo... porque quiso caerse...»”


CAPÍTULO XIII

Resumen: De madrugada, Juan Santiuste se levanta, sale de su tienda y camino como si hacia la Aduana. Al pasar el río Alcántara, se disfraza de marroquí (con una chilabva y babuchas), finge ser mudo y se dirige hacia la ciudad de Tetuán. Por el camino encuentra a unas mujeres viejas marroquíes con unos niños que le pedrean. A continuación, encuentraa un pequeño grupo de judíos sefardíes, que le cuidan de su herida y le llevan a Tetuán para entrar por una de las puertas seguras.

Vemos aquí ejemplos de la indumentaria tradicional marroquí, la chilaba y las babuchas (el calzado) que Juan Santiuste se pone para disfrazarse de "moro" y así cruzar la frontera. A la derecha, una de las puertas (bab, en árabe) que conduce al casco antiguo (la medina) de la ciudad de Tetuán.

  1. En el capítulo 2 ("Estructuras y reestructuras..."), Edward Said trata el tema de diferentes escritores europeos que viajaron al Oriente disfrazados de orientales para así asimilarse mejor a la vida de sus paises de acogida. Reproduzco aquí, de nuevo, imagenes de Edward William Lane (a la izquierda) y Richard Burton (centro y derecha) con vistiendo indumentaria tradicional árabe.


    El momento en que Santiuste "engila sobre la camisa la chilaba parda" para luego "arrojar al río" su ropa parece tener un gran simbolismo en esta novela.
  2. ¿Qué hay de particular, de notable, en el habla de las mujeres sefardíes?
  3. Comentar: el punto culminante de la 2ª parte de la novela = la entrada de Juan Santiuste, el pacifista, en la “poética Tettauen” (=Tetuán), nombre que significa “Ojo de manantiales”.
  4. Tres moras, tres judías: ¿numerología? ¿simbolismo? ¿mito? ¿arquetipo?. Consider el famoso el romance medieval “Las morillas de Jaén” (cantada aquí por Françoise Atlán): http://agonzalez.web.wesleyan.edu/span254/canciones_atlan.htm


TERCERA PARTE: Tettauen, mes de rayab de 1276

CAPÍTULO I

Resumen: El subtítulo de este apartado señala un cambio repentino en la narración que poco a poco iremos comprendiendo.  (Sólo se comprenderá totalmente al final de la novela.)  Se trata, en teoría, de la crónica de la guerra escrita por el Nasiry (nombre completo: el Hacha Mohammed ben Sur el Nasiry), renegado español (o muladí) y hermano de Lucila Ansúrez (nombre original: Gonzalo Ansúrez) mencionado al comienzo de la novela. Como dice al comienzo del capítulo, lo escribe "para recreo del Cherif Sidi El Hach Mohammed Ben Jaher El Zebdy," el supuesto benefactor del Nasiry que vive en Fez. (Consultar mapa para visualizar la relación entre Tetuán y Fez.) El relato se adapta ahora al formato epistolar, pues los capítulos se estructuran como si fueran las cartas escritas por el Nasiry a un benefactor suyo que vive en Fez y que quiere enterarse de lo que ocurre en el frente.

  1. Lo más llamativo de esta tercera parte de la novela tiene que ver con la apariencia retórica del texto, disfrazado (como su apócrifo autor) de crónica árabe de guerra. En este sentido, se contrapone, estilísticamente, a la crónica cristiana que hemos leído en los capítulos anteriores.
  2. A partir de este momento el autor irá incluyendo varios elementos costumbristas, quizá con intenciones didácticas o simplemente para crear un ambiente al parecer auténticamente oriental: por ejemplo, (1) comenzar el relato alabando a Dios (Allah) o (2) las referencias a la música árabe (“los dulcísimos acordes de las chirimías, pitos y tambores”, 124).
  3. Nota la relación que se establece entre la religiosidad y el espíritu guerrero en diferentes momentos del relato.  Ejemplo: “no sólo practica la oración mañana y tarde a las horas que marca la ley . . . alternando en la matanza y en el rezo” (120).  La referencia a “los infieles” en “ridículos preparativos” sirve, se supone, para proyectar una perspectiva, como si dijéramos, desde allá hacia acá." ¿Qué opinas de esto?
  4. Compara esta descripción de los jinetes marroquíes, ofrecida por el Nasiry, con el cuadro de Fortuny, "La carrera de pólvora" y con otros pasajes señalados en la Segunda Parte, capítulos I y VI:

“¡Qué hermosa carrera la de tantos hombres a caballo, enardecidos y locos de ira contra la usurpación! Caballo y jinete parecían en cada de una sólo de una sola pieza, y en ésta un corazón ardiente irradiaba el fuego de la pasión guerrera. Nunca vi caballería más fiera y gallarda. ¡Loor ... ! La paz sea con el que sigue el buen camino.”

Notar: "correr la pólvora" = Ejecutar varias maniobras corriendo a escape a caballo y disparando las armas, ejercicio muy usado por los moros como diversión o festejo. (Diccionario de la Real Academia Española)


CAPÍTULO II

Resumen: El Nasiry inicia este capítulo refiriendo su diálogo con el "noble y sabio príncipe," Muley al-Abbás, en su tienda militar. Este le implora al Nasiry que vaya a Tetuán ("Ojos de Manantiales") para analizar los efectos de la guerra: el supuesto "pillaje y saqueo" de los guerrilleros rifeños; los esfuerzos "traicioneros" de la comunidad judía, sefardíes todos (descendientes de los judíos expulsados de España en 1492), que según parece buscan el amparo de las tropas españolas. En el Mellah (el barrio judío), el Nasiry habla con Yakub Mendes, un comerciante judío, acerca de la amenaza del saqueo y pillaje de las tropas españolas, y luego con su amigo Simuel Riomesta, incitándoles (según cuenta) para que no traicionen a Marruecos. La viuda Mazaltob ("Afortunada") le cuenta su experiencia con el "mancebo ferido" (joven herido): obviamente es el episodio de la herida de Juan Santiuste, contado al final de la Segunda Parte de esta novela a través de otra voz narrativa, la del narrador omnisciente, y desde un punto de vista diferente (el de Santiuste). Mazaltob le acompaña a Nasiry adonde Juan, "disfrazado" todavía, está convaleciendo.

Tetuán en imágenes: la Puerta de Dios (Bab-el-lah), entrada al Mellah, la judería (barrio judío), ayer y hoy
  1. Presentación de la judía Mazaltob (Afortunada), famosa hechicera, que ejercerá un papel importante en la historia.  Su caracterización corresponde en términos génerales a la de la mítica Celestina, protagonista de una de las obras maestras de la literatura española (Fernando de Rojas, La Celestina, 1499)La Celestina es la mítica hechicera que utilizó sus poderes de la nigromancia y la magia para facilitar relaciones sexuales.  De Rojas fue un judío converso que vivió en Toledo en la época de la Inquisición.
  2. Motivo: O´Donnell (el famoso militar español de origen irlandés) y el antisemitismo europeo (128)
  3. Pasajes, motivos y temas que conviene notar:

    NOTA HISTÓRICA / CULTURAL: El Rif es el nombre del norte montañoso de Marruecos.  La guerra en cuestión, que estalla en 1859 se denomina en España la «Guerra del Rif» o la «Guerra de África» (ver introducción, arriba). Obviamente, los «rifeños» son soldados marroquíes caracterizados aquí por su violencia y barbarie.  En el contexto histórico estos «rifeños» deben entender como una especie de milicia más que ejército oficial: defendían la soberanía nacional (marroquí), pero se movían con bastante autonomía.  Las tensiones entre el gobierno central marroquí y la población es una de las tensiones constantes en la historia política y social interior del país.

    Fotogalería de los soldados rifeños recogida desde la prensa española


CAPÍTULO III

Resumen: Para captar la complejidad de este capítulo, conviene recordar que el texto se presenta como si fuera el testimonio epistolar personal del Nasiry, dirigido a su benefactor fesí (= de Fes). Piensa, por ejemplo, en cómo insiste el Nasiry en llamar a los judíos del Mellah como una "caterva" (gang o bunch, despectivo). Por eso las referencias a la familia Ansúrez y a la identidad española del Nasiry (Gonzalo Ansúrez) están "disfrazadas" en la narración. Identifica dónde y cómo. ¿Crees que el Nasiry es sincero en todo lo que relata? Intenta formular una opinión, basándola en datos concretos.

En este capítulo seguimos los pasos del Nasiry dentro y fuera del Mellah, tal y como le encomendó Muley al-Abbás. Entabla conversaciones con los siguientes individuos:

  1. El tema de la convivencia, la "España de las tres culturas" o "castas," o los "hijos del Libro":
  2. La representación de Mazaltob, mujer celestinesca, y el mundo habitada por ella:
  3. El tema de la identidad, con sus dos motivos principales: el disfraz y la conversión.  ¿Cómo identificarlos e interpretarlos?
  4. El testimonio, la crónica, el parte (informe) de la guerra:
    “Copia fiel [¿?] de la opinión de la gente” (que el Nasiry transmite a su benefactor)?
    Referencia a los “infieles” (final, 137) y la declaración de pacifismo y hermandad entre las naciones: “«Si Dios no contuviera a las naciones unas con otras, la tierra sería corrompida.  Los beneficios de Dios no se manifiestan en las naciones, sino en el universo...»” (137): ¿señales cruzadas? ¿decepción?
  5. En cuanto al nombre "Yahia" que se le concede a Juan Santiuste: Nota que es el nombre hebreo por San Juan Bautista, hijo del sacerdote y profeta Zacarías. Según Lucas (3:1-3), San Juan comenzó a predicar y a bautizar en el desierto. Se considera precursor de su primo, Jesucristo, a quien él bautizó (por eso, "San Juan Bautista").


CAPÍTULO IV

Resumen: Seguimos los pasos de El Nasiry por la ciudad de Tetuán, y sus conversaciones con diferentes individuos.

  1. Galdós, historiador de la España de las tres culturas: analiza con cuidado las referencias históricas y culturales en estos pasajes, donde Galdós detalla la conexión ancestral que los sefardíes y andalusíes marroquíes sienten con España. Toma nota en particular de:
  2. Tema importante: la interpretación de la historia en relación a las Santas Escrituras como signo de una actitud musulmana.  (Ejemplo: “pensé en el día del juicio…”, 143).
  3. Tema: La “autenticidad” sigue señalándose en interminables referencias a (por ejemplo) frases de Requena que el Nasiry “copia fielmente” y a la “sinceridad” de sus informantes (143). 


CAPÍTULO V

Resumen: Después de cuatro días en casa de Mohammed Requena, el Nasiry sale para enterarse --y enterarnos-- de la evolución de la guerra. Se cruza con su criado, Ibrahim, quien le informa del descanso en los combates debido a una fiesta religiosa cristiana. Le informa a Muley El Abbás sobre la situación en Tetuán y de la presencia de tropas catalanas. Siguiendo su propia ruta, su paseo solitario por la zona es marcado por las siguientes esperiencias: una vista panorámica sobre los combatientes marroquíes en toda su amplitud y diversidad; el "mal agüero" de los perros que se dirigen hacia el ejército español; la subida a un punto alto, con el Kaid (= juez musulmán) de los facíes (= soldados de Fes, bajo el mando del Príncipe Ahmet) donde ven las columnas del ejército español moviéndose hacia las posiciones marroquíes. El capítulo termina con los primeros cañonazos de la nueva batalla.

Cosas que conviene considerar:

  1. Las diferentes maneras en que se cuenta la historia de "acá" desde el punto de vista de "allá" y el grado de autenticidad de este cuento.
  2. El tema de las unidades catalanas y de Cataluña. El Nasiry le explica al "Príncipe" Muley el Abbás (el comandante de las tropas marroquies) de qué "kabila" son los "catalonios" (los catalanes). Detrás de este pasaje está la realidad de la potencia industrial y económica catalana y la política imperialista promocionada por gran parte de la empresa de esta región, especialmente a lo largo del siglo XIX. ¿Por qué interesa que se llame "kabila" (cabila) a los catalanes? Analiza:

    "Acudí a ilustrar al Príncipe diciéndole que esta tropa viene de un territorio hispano que se llama La Catalonia, país de hombres valientes, industriosos y comerciantes; país que está todo poblado de talleres donde labran variedad de cosas útiles, papel, telas, herramientas, vidrio y loza. Como expresara extrañeza de que los catalonios dejaran sus telares, alfarerías y fraguas para venir a una guerra en que morirían como moscas, le respondí que allí sobra gente para todo, y que los trabajadores pacíficos no temen interrumpir su faena para ayudar a los fogosos militares, pues los pueblos de Europa saben por experiencia que después de la guerra es más fecunda la paz, y mayor el bienestar de las naciones… Dije esto dejándome llevar de una sandia pedantería, que aprendí no sé dónde ni cómo . . . ."

  3. La vista panorámica del narrador errante incluye un catálogo de los tipos musulmanes: árabes de diferentes países, representantes de una amplia variedad de tribus africanas, cada uno identificado por el estilo y color de su traje.  Esto puede tomarse otra vez como señal del propósito didáctico del autor y de su estilo costumbrista.

    “Allí estaba el Mogreb: todo lo vivo y sano de esta tierra de bendición que Allah tiene por suya. Contar los hombres que pisaban el suelo desde las alturas medias de El Darsa a la vaga corriente de Guad El Gelú, habría sido tan difícil como sacar cuenta exacta de las estrellas del Cielo. En el enjambre bullicioso distinguí las rudas facciones del bereber, de ojos encendidos y ágiles movimientos; vi los negros del Sus, de expresión triste y dulce mirar; los muladís, o mestizos de sudanés y bereber, veloces en la carrera y astutos en la intención; vi el árabe de Oriente, cuyo rostro, de belleza descarnada, trae a la memoria la imagen del Profeta, y el árabe español o granadino, de fina tez, fácilmente reconocido por su compostura aristocrática. ¡Y qué variedad de trajes y atavíos! ¡Cuánto más pintoresca nuestra tropa que la de España, en que los soldados van igualmente vestidos, como frailes o alumnos de una escuela eclesiástica! No son personas, sino muñecos fabricados conforme a un vulgar patrón de la industria de sastres. Aquí veo la rica variedad de colores que me dice los gustos de cada tribu y de cada país. Los montañeses del Riff traen sus pardas chilabas terrosas, para que el color les ayude a confundirse con los tonos del suelo; los más pudientes las adornan con caireles y flecos de risueños colores. Ved allí los talebes, de blanca vestidura, y los bereberes de Semmur, gustosos de que los vivos matices de sus trajes ofrezcan blanco seguro al enemigo. De esta otra parte aparecen los ricos árabes tetuaníes y facíes, con el blanco albornoz que ennoblece la figura; los negros bukaras ostentan el rojo de sus gorros puntiagudos; los del Sus visten caftanes listados de blanco y rojo, y los beni-argas y tsuliés combinan el negro y blanco... ¡Qué armonía en esta variedad, y qué hermoso espectáculo el de tanta gente que trae a la guerra la unidad de su fe, manteniéndose cada cual en la forma y colorines que la tradición de su tribu le impone!

  4. El sentido de orden (¿y racionalidad?) de las tropas españolas, vistas por el Nasiry, frente a la representación de los combatientes musulmanes, descritos antes en diferentes pasajes ya señalados (y representados ampliamente en la pintura española del período, como hemos visto ya).


CAPÍTULO VI

Resumen: El Nasiry sigue documentando la guerra, en primera persona y con mucho comentario editorial: la influencia de "Satán" a favor de los españoles; la eficaz o talentosa estrategia militar de O'Donnell, la necesidad de echarse a la fuga los que estaban con él de testigos, ante el peligro de la llegada inminente de los españoles. Si el capítulo empieza con referencia a la alianza entre el demonio y el (supuesto) enemigo, termina con referencia a un Allah silencioso. Rechaza la interpretación “peregrina,” ofrecida por su camellero Bu-Haman, de que la derrota de los marroquíes es el castigo divino por su menguante fe (“El Mogreb es vencido por la tibieza de nuestra fe”).

Cosas que conviene considerar:

  1. Las descripciones grotescas de cuerpos desmembrados, de los desastres de esta guerra, y el horror registrado en la conciencia del cronista:

    "A huir [el Kaid] me impulsaba, más que el horror de la matanza, el furibundo miedo que tomé a los rostros de los españoles. Ni los cadáveres que pisábamos, ni el espectáculo de los hombres que yacían expirantes, con la cabeza hendida, el vientre rasgado, algún miembro separado del tronco, entre charcos de sangre, me causaban horror tan intenso como los rostros de los españoles vivos que iban entrando en nuestro campo y posesionándose de él. Y si alguno me miraba, mi pánico me hacía buscar un agujero donde esconderme, o ancha tierra por donde correr… No puedo darte, señor, explicación de esto, pues y o mismo no lo entendía ni lo entiendo."

    La espresión goyesco se ha popularizado debido a las representaciones que el renombrado artista hizo de otra guerra, la Guerra de Independencia (1808-1814) contra el ejército francés, durante la ocupación napoleónica de España. Seguramente Galdós tenía en mente el modelo artístico, de los estraordianrios aguafuertes (grabados) de Francisco de Goya (1746-1828). Repasa unos ejemplos de estos grabados, los "Desastres de la guerra," que forman parte de la colección Davison Art Center. Warning: Please note that this collection includes images of mutilation and dismemberment that may therefore be difficult for some to view.

  2. Hablando del horror (o los desastres) de la guerra, el Nasiry se refiere al "espectáculo" del "¡inmenso choque de la vida y la muerte!" ¿Crees que Galdós quiere elevar su representación de este conflicto a un terreno existencial: elevarlo, es decir, por encima del plano histórico-político de 1859? ¿Crees que Goya tiene esas intenciones?
  3. La blasfemia --y el perdón que el Nasiry pide-- ofrece una ventana costumbrista sobre ciertas expresiones en castellano (ej: “cochino”, “inmundo animal”)
  4. La descripción de O'Donnel, el Gran Español, como un "diablo largo y rubio..."


CAPÍTULO VII

Resumen: El Nasiry sigue deambulando, sigue funcionando como el ojo (testimonial) errante. A través de su voz se nos presenta una visión caleidoscópica de individuos, en su mayoría árabe. Se proyecta a través de estas figuras la perspectiva árabe sobre los españoles (Prim, O'Donnell). De particular interés: la imagen de los catalonios. (Ver nota 2, Cap. V, arriba). Otro punto de interés: la figura del "loco" que "seduce" con su "poética elocuencia." Por el camino, le acompaña al Nasiry otro renegado, El Gazel (Torres), personaje que estimula (según cuenta el narrador) su lamentable blasfemia.

Al adentrarse por las agostas calles de la ciudad, el Nasiry repasa los estragos de la guerra: la desconsolación (religiosa) de los habitantes de la ciudad; el saqueo en la ciudad y la fuga de los “montañeses” (guerrilleros musulmanes) ante el avance de los "fornidos catalonios" (tropas catalanas).  Los “desmanes” (= excesos, actos contra el orden público) de los montañeses condicionan la recepción favorable de los tetuaníes (habitantes de Tettauen o Tetuán) hacia los españoles. Se concierta la entrega de la ciudad a los españoles y se elige al “renegado” Torres (nombre musulmán: Gazel) para la embajada. El Nasiry alega haber renunciado la invitación a participar en esa delegación, a causa de "desagradables cuestiones comerciales" con los españoles de Ceuta.

"La sorpresa misma de tal audacia impidió matarle en el instante de su aparición. Luego se fue a él, yatagán (sable, espada árabe) en mano; pero a punto entraron detrás de Prim seis, ocho, diez de aquellos voluntarios que llaman catalonios, hombres fornidos, con un gorro morado y luengo a manera de bolsa, que les cae para delante o para detrás según mueven la cabeza…"

A la derecha: postales de la época, con imágenes de soldados catalanes con su característica barretina ("gorro morado y largo . . . que les cae . . . ")

Cosas que conviene considerar:

  1. Considera la insistencia con la que el Nasiry trata su desprecio por los españoles, en esta crónica epistolar dirigida al príncipe en Fez. ¿Te parece excesiva? ¿Sincera?
  2. Toma nota de la precisión realista con la que Galdós recrea la ciudad de Tetuán, mediante el paseo del Nasiry:
  3. Abundan casos de situaciones en que Galdós fabrica una perspectiva “desde allá” (musulmana / marroquí) “hacia acá” (sobre un tema nacional).  Uno corresponde a la referencia a los “gigantes catalonios”, o sea “catalanes” que parecen grandes a los árabes.  Trata de identificar otros ejemplos de lo mismo.
  4. El llanto (planctus, lamento) del poeta Sid Alfailal: ¿corresponde al mito orientalista del árabe fatalista, sensual y supersticioso?

    "Luego se volvía hacia Ojos de Manantiales, y con plañidera y delgada voz le decía: «, que has sido siempre pura como paloma blanca, o como el turbante del Imam en el Mumbar (el sacerdote en el púlpito); , que eras un jardín espléndido y hermoso, cuyas flores sonreían de felicidad como un lunar en la mejilla de una desposada; tú, cuya belleza es superior a la de Fez, Egipto y Damasco, ¿qué es ahora de ti?». Oyendo estos bellos cánticos, lagrimones como puños brotaban de nuestros afligidos ojos, y el pecho senos oprimía. Volvíase luego el poeta hacia nosotros, y nos declaraba que Tettauen era víctima del mal de ojo, y que padecía la misma suerte que la fabulosa heroína Zarka El Jamama"

  5. Toma nota de la primera referencia al mito de Salomé y la cabeza del San Juan Bautista. Simuel Riomesta, desesperado, implora al Nasiry:

    "Mas si quieres estar entre los buenos, búscame a Yahia, el de la pacificación, y tráeme su cabeza en un plato, ansí como trujo Salomé la del otro Yahia, falso y engañador profeta al igual de este…»." (Ver abajo, 3.VIII y 4.II).

  6. Motivos, temas:


CAPÍTULO VIII

Resumen: Después de atestiguar la horrible agresión de unos “montañeses” contra Mazaltob, en el Mellah ("el espíritu de caridad surgió en mí con irresistible fuerza"), el Nasiry busca alianzas con otros líderes (Ibrahim) para negociar la paz "al uso europeo, en nombre de nuestro señor el sultán." El "desesperado" Riomesta le narra al Nasiry datos importantes cerca de Juan Santiuste (“Yahia”): su hija, Yohar, con la ayuda de Mazaltob, huyó con “el profeta cristiano” (Yahia), que “vino a meter víboras venenosas en el corazón de mi Perla”.  El Nasiry va en busca de Santiuste (Yahia).  Se duerme.  La embajada se reúne con O’Donnell (el “Gran Español”) para negociar la entrega de la ciudad y son recibidos con enorme cortesía.

Cosas que conviene considerar:

  1. El Nasiry sigue involcando las clasificaciones o categorías raciales planteadas el capítulo V, arriba.
  2. Perspectivisimo: desde el punto de vista de Riomesta, Santiusta es un profeta "falso y engañador," Mazaltob "perversa."
  3. Motivo del “fatalismo oriental” (cfr. Edward Said y Américo Castro): “soñolientos ya, entregados al fatalismo inherente a la raza” (171)
  4. Notar: el Nasiry se refiere a su propia "fácil labia" (gift of gab, talent with speech). ¿Cómo aplicar esto a su estilo narrativo/epistolar?
  5. Vemos aquí otro ejemplo de cómo las Sagradas Escrituras se convierten para el supuesto moro (el Nasiry) en una glosa de la historia (en el marco de la ficción, de la novela histórica): “Con sus pérfidas ficciones de inspiración celeste, difundió la idolatría y arrastró a las gentes al vacío”


CAPÍTULO IX

Resumen: El renegado Gazel (Torres), el “pérfido español” ("que, como español es un pozo de astutas maldades"), tienta al Nasiry con aguardiente.  La pecaminosa borrachera ("mona") produce un sueño profundo en el que la historia de Yahia y Yohar se transforma en la de Salomé y San Juan Bautista.   Le halla en esta lamentable condición su fiel sirviente, Ibrahim, afligido por la brujería de Mazaltob (padece de cólera).

Cosas que conviene considerar:

  1. Toma nota del tono sospechosamente (¿exageradamente?) justificativo del Nasiry: "El Gazel, que, como español, es un pozo de astutas maldades"; "Yo me resistí"; "aquel veneno"; "espoleado por un gusto superior a toda razón," etc.
  2. La caracterización de Mazaltob como una Celestina, "profesora en el embrujar," "poseedora" de poderes ocultos y endemoniados. Aquí maneja una cuerda de los 11 nudos en los que ella sopla y que deja en casa del Nasiry, para "endemoniarla."
  3. El tema de San Juan Bautista y Salomé: Recuérdese que el nombre de Santiuste es 'Juan,' pero al pasar la frontera de su transformación espiritual, se deshace del hombre evangélico de su santo, San Juan el Bautista, para ser rebautizado por el Nasiry con el nombre hebreo del santo, 'Yahia.' Recuérdese también la relación entre mitos y sueños establecida arriba, cuando Juan Santiuste sueña con la imagen de Santiago (2.VIII).

    Final, 3.II: (El Nasiry, hablando con Mazaltob): "El profeta cristiano que dices es el que llamamos Yahia, hijo de Zacarías, varón de extremada virtud. Este será todo lo contrario: un pillastre, un embustero…" / "De veras me hizo pensar en el profeta cristiano Yahia, hijo de Zacarías, en quien Dios puso el signo de su predilección, y de él dice el Libro Santo: Escogido fue para enseñar a los hombres la paz."

    En cuanto a la figura de Salomé, según el Nuevo Testamento, Salomé pidió la cabeza de San Juan cuando éste, por cuestiones de su fe religiosa, renegó de su matrimonio con la madre de Salomé, Herodías. (Consula la Encylopedia Britannica para familiarizarte con este mito.) Salomé, la bailadora ("el baile de los siete velos"), se ha convertido en una de las míticas “femmes fatales” de la historia. (Ver abajo, 4.II). Nota aquí la relación entre lo que Simuel Riomesta le contó al Nasiry, en el capítulo anterior, y el sueño del Nasiry aquí, consecuencia de su embriaguez:

    "Soñé que estaba yo en brazos de la blanca y tersa Yohar, y que delante tenía, en una bandeja de plata, la cabeza del profeta Yahia, aderezada con buen golpe de sal para que tuvieran tiempo de adorarla sus discípulos los pacificantes…"

  4. En el momento del amanecer, con las tropas españolas a punto de entrar en la ciudad, Ibrahim y el Nasiry recitan versos coránicos que atribuyen al capítulo 103 pero que en realidad corresponden al capítulo 113. Escucha aquí los versos recitados en árabe.

"--Ya viene el día, Sidi... Bendita sea la luz del Sol. ¿Te acuerdas del capítulo Ciento y tres del Korán?
--Sí que me acuerdo. Ese capítulo recito yo todos los días en cuanto veo la luz solar. Es breve y hermoso de toda hermosura y unción. Repitámoslo juntos: «Busco un refugio contra ti, Señor del Alba, Señor del Día... Refugio contra la iniquidad de los seres malos que has creado... Refugio contra el mal de la noche sombría...».
--Refugio contra la perversidad de los que soplan sobre los nudos... Refugio contra los envidiosos.
Tres o cuatro veces repetimos con intensa devoción las sublimes palabras del Profeta. Después me dijo Ibrahim: «En otro lugar del Libro Santo encontrarás el remedio que empleó el Profeta contra el embrujamiento judaico de los once nudos. Has de leer con grandísima devoción y recogimiento once capítulos del Korán; a cada lectura de un capítulo, siempre que sea lectura con piedad, se deshará uno de los nudos, y en cuanto los once sean deshechos, desaparecerá el maleficio»."


CAPÍTULO X

Resumen: Mientras los soldados españoles penetran (y se ocupan) de Tettauen (Tetuán), Yohar y Yahia han penetrado la casa de el Nasiry, “en busca de la paz y la hospitalidad”.  Los dictámenes de Yahia penetran una y otra vez el cerebro del Nasiry, provocando en él un gran desconcierto (según nos cuenta):

"«Me alegro de verte en esta ocasión, que es de grande alegría para todos. Yo celebro la entrada de los españoles en Tetuán, porque esto significa la paz próxima, beneficio para nosotros, y más aún para el Mogreb. La paz es mi sola idea, El Nasiry; la paz es mi aliento. Odio la guerra, y deseo que todos los pueblos vivan en perpetua concordia, con amplia libertad de sus costumbres y de sus religiones. Echar a pelear a Dios contra Allah, o a este contra Jehovah, es algo semejante a las riñas de gallos, con sus viles apuestas entre los jugadores. Pero la paz no sería buena y fecunda sin el amor, que es el aumento de las generaciones, y la continuación de la obra divina. Dios no dijo Menguad y dividíos, sino Creced y multiplicaos. Luego Dios bendijo el amor, y condenó las estúpidas guerras."

“ «Odio la guerra, y en ella soy todo ineptitud» . . . Oía la voz de Yahia: «Ya estamos en Tetuán; y a Tetuán es nuestra. Alégrate, El Nasiry, y celebremos juntos la victoria de España y la paz…».”

Cosas que conviene considerar:

  1. ¿Pueden detectarse sospechosos elementos de falsedad en el relato del Nasiry? ¿Te fias de su versión de las ideas de Juan/Yahia sea fidedigna? Es interesante que Riomesta se refiere a Juan como "el hombre que responde por el nombre Yahia" y, sin embargo, el Nasiry informa aquí que Santiuste dice "Yo soy Juan, no Yahia como tú me llamas." ¿A qué se debe esta confusión?
  2. Desde aquí los dictámenes políticos de Galdós se multiplican.  Nota la manera en que Galdós glosa el acontecimiento histórico con la siguiente declaración: “la blanca paloma, cogida entre dos fuegos y entre dos iras, no tendría ya salvación”.  En esta novela, el novelista fabrica una imagen de Tettauen como una ciudad mestiza, culturalmente heterogénea y poblada de habitantes de identidades ambivalentes.  La ciudad se sitúa además en una especie de limbo o tierra de nadie entre dos ejércitos propulsores de la ortodoxia (la “ira”, el “fuego”), los “montañeses” que se van y los “cristianos” que llegan.  Trata de formular una impresión de las implicaciones ideológicas de esta situación.
  3. “En tu casa, el Nasiry . . . buscamos amparo . . . fuimos a pedirte hospitalidad”; “en tu morada hallamos consuelo los perseguidos” (182): así le habla Yahia al Nasiry.  ¿Crees que existe algún paralelo entre la morada (dwelling) personal del Nasiry y la idea de Tetuán como "morada" de las tres culturas (judía, musulmana y cristiana)?
  4. Elemento costumbrista: los árabes se caracterizan por  la “paz” y “hospitalidad” como caracterizan su ámbito hogareño y su trato hacia las visitas.  El nombre de la capital de Tanzania, Dar es Salaam, significa “casa de paz”.  Tal vez estos factores nos ayuden a ver otro elemento costumbrista en la novela de Galdós.
  5. La referencia el 6 de febrero (1860) señala el final del ciclo epistolar.
La toma de Tetuan (estampa popular de la época)
TETUÁN HOY
Vista panorámica - La muralla y una de las puertas principales - La medina


CUARTA PARTE: Tetuán, enero-febrero 1860

CAPÍTULO I

Resumen: Datos ofrecidos por Mazaltob sirven ahora para retomar el hilo de la historia de Santiuste, desde su llegada a la ciudad de Tetuán (final, segunda parte). Sirven también para construir una nueva perspectiva sobre el período representado por el Nasiry en sus cartas.  Los temas que ella trata son: el encuentro entre Mazaltob y Juan Santiuste, su herida y cura; el poder retórico de Santiuste y su honda espiritualidad cristiana; el problema del celibato y el enamoramiento de Santiuste con Yohar, hija del rabino Riomesta.

Cosas que conviene considerar:

  1. Caracterización de la “raza hebrea”: “Los hebreos, raza mercantil esencialmente pacífica, sin hogar propio, privada en absoluto de arrogancias militares, ni amaba ni entendía la guerra.  La espada de Josué desde luengos siglos había sido vendida como hierro viejo”.
  2. Las declaraciones de principios políticos y la interpretación cultural del Magreb se acumulan.  Nota las referencias a las relaciones entre los “moros y judíos”, al anti-clericalismo (característico de Galdós) y a la naturaleza política del pueblo mogrebí (marroquí) (187, 190).

    "Rodando (Santiuste) por Tetuán, pudo apreciar el aventurero que si moros y judíos se peleaban por cuestiones de ochavos, nunca lo hacían por motivos religiosos: sinagogas y mezquitas funcionaban con absoluta independencia y recíproco respeto de sus venerados ritos. Observó también que los sacerdotes hebreos, así como los musulmanes que sin carácter eclesiástico prestan servicio en los templos del Islam, eran casados, o disfrutaban la posesión de mujeres con más o menos amplitud."

    "Profeta de paz no podía ser con los hebreos, que ya desde siglos remotos abominaban de la guerra, ni con los moros, que sólo peleaban a la defensiva, ni con los españoles, que jamás se quitarían de la cabeza el delirio deslumbrador de las empresas militares. Pero no creyéndose llamado a catequizar directamente a las tres razas afines, sentía dentro de sí un vago prurito de manifestar sus ideas, no por los discursos, sino por la acción... más claro: creíase llamado a ser apóstol de la paz, no sermoneándola, sino haciéndola. Ni él mismo se daba explicación del punto de partida de este anhelo en su alma exaltada, ni del fin a que se dirigía con fuerza más instintiva que voluntaria... Pero él, cuando en los camastros de Mazaltob se reponía de sus caminatas callejeras, pensaba: «¿No será vano el artista que predique los principios de la escultura y no sepa labrar una estatua? ¡Ah!, no seré yo ese artista estéril y baldío. A un lado las retóricas que enseñan reglas infecundas, jamás comprendidas del oyente, y hagamos, aunque sea en barro tosco, la estatua de la Paz»."

  3. Tema: la transformación cultural de Gonzalo Ansúrez, alias el Nasiry (188). 

    "Estas ideas le rondaban la mente cuando fue visitado por El Nasiry, en quien, la pureza del lenguaje, se le reveló un español musulmanizado, y por las líneas y la expresión del rostro, el fugitivo hermano de Lucila, que supo cambiar de religión, de patria y de costumbres con flexibilidad inaudita. No podía Juan asegurar que el arrogante moro que le visitó fuera Gonzalo Ansúrez; pero sus sospechas vehementes casi tocaban en la certidumbre. Hablando de esto con Mazaltob, la maga le dijo que El Nasiry era de la casta árabe granadina, y que se distinguía por su nobleza y generosidad. Hablaba español por haber vivido largas temporadas en Málaga y Algeciras; no pensaba ella que fuese renegado, aunque algunos había en Marruecos circuncisos en toda regla, y tan perfectos en su transformación de lengua y costumbres, que el mismo ángel justiciante, el día del Juicio Final, no sabría si ponerlos entre los moríos o entre los del Andalús. Despertó esto más la curiosidad de Juan y sus ganas de tratar a El Nasiry, para echarle la sonda y ver si en él se repetía el extraordinario ejemplo de Alí Bey El Abassi."

    Hay varios factores que nos interesan aquí.


CAPÍTULO II

Resumen: Se narra cómo llegaron Santiuste (Yahia) y Yohar a enamorarse y casarse, luego sus peripecias durante los violentos días de febrero de 1860 ("vemos" de nuevo los mismos acontecimientos violentos representados al final de la sección III, en las cartas del Nasiry), hasta que topan con el Nasiry en el momento de la entrada de las tropas españolas. Yahia (Juan) se disfraza con algún atuendo del Nasiry para salir a la calle.

Cosas que conviene considerar:

  1. La unidad religiosa de las tres "castas" se expresa de nuevo en estos términos: "Dios, Allah y Adonai juntos defendieron las preciosas vidas de los que por ley de amor eran prediolectos de la divinidad" (198)
  2. ¿Es simbólico que Juan Santiuste y Gonzalo Ansúrez (Yahia y el Nasiry) se encuentren exactamente cuando las tropas españolas están a punto de ocupar la ciudad?
  3. Analiza la siguiente representación de Yohar y el efecto que produce sobre Santiuste: 

    "Trastornado quedó el profeta de la Paz con la gallardía estatuaria, la gracia inocente y bíblica de la hija de Riomesta. Nunca vio mujer que pudiera igualársele. ¿Qué comparación tenían con Yohar ni Teresa, ni Lucila, ni tantas otras bellezas de allá, embutidas en feísimos trajes negros o pardos, y hablando un lenguaje de hipócrita corrección? Yohar era la mujer oriental o asiática, la Reina de Sabá, Semíramis, Herodías, María de Magdala, y ¿por qué no la mismísima Eva con la menor cantidad de ropa? Después de amar a Yohar, podía un hombre morirse tranquilo, llevándose a la eternidad los dejos de inefable ventura... Se enamoró y envoluntó con el fuego de todas las hornillas de amor encendidas por la juventud y sopladas por los poetas. La imagen de Yohar, tal como en la oficina de perfumes la vio Juan, por instantes se le reproducía en el pensamiento con ilusión perfecta de realidad; por instantes se le borraba, no quedando de ella ni siquiera una vana sombra, y esta privación de la imagen le exasperaba: sin necesidad de conjuro, de improviso volvía la imagen hechicera... Declaraba el poeta que no existía debajo del Sol rostro como el de Yohar, tan bello de frente como de perfil, blanco, amoroso, con resplandor de ternura sentimental, y de gracias veladas aún por la timidez. Los ojos rasgados, dormilones cuando la moza permanecía en silencio, echaban y recogían raudales de luz cuando hablaba. La boca, sin soltar una sílaba expresaba tanto como los ojos. Los ojos, mirando, no hablaban menos que la boca... ¿Y qué decir de la negrura del pelo, que en dos ondas asomaba tan sólo por la frente; qué de aquel pañizuelo de colorines liado en la cabeza con arte exquisito, formando por delante como el pico de una montera, y atrás un bulto que envolvía la madeja liada del abundante cabello? Sobre sus orejas, no pendientes de ellas, sino suspensos del pañuelo por un gancho casi invisible, colgaban dos aros de oro como de cuatro pulgadas de diámetro. Nunca vio Santiuste adorno tan bonito, ni tan oriental, ni tan acomodado a la belleza de Judith o de Dalila. ¡Y qué manos finas, vigorosas! Aquellas manos pudieron cortarle los cabellos a Sansón o separar del tronco la negra cabezota de Holofernes."

    ¿Qué paralelos podríamos encontrar entre la técnica de Galdós y el arte del período?  ¿Podríamos hablar de un estilo pictórico en la prosa de Galdós?


    Amores (orientales) que matan, o el arquetipo de la mujer emasculadora en la pintura y música europea
    Judit, Delila, Salomé y Herodías

    "Judit y Holofernes"
    Artemisia Gentellischi (1611) Caravaggio (1599) Francisco de Goya (1819)
     
    "Sansón y Delila"
    Peter Paul Rubens (1609) Pascal Blanchard (1886) Max Liberman (1910)
     
    "Salomé con la cabeza de San Juan Bautista"
    Tiziano Vecellio (1576)

    "Salomé"
    Richard Strauss (ópera, 1905)
    Ver "La danza de los siete velos"

    "Herodías contemplando la cabeza de San Juan Bautista"
    Iwan Nicolajewitsch Kramskoj (Rusia, 1886)


  4. Se vuelve a tocar el tema de Santiuste como mediador y príncipe de la paz: “¡Oh Yahia, profeta gracioso y venturoso! Tus empresas de paz dejarán memoria entre los humanos, por lo atrevidas y eficaces; tú domas el fanatismo, aproximas las razas enemistades y pides para todos los pueblos la bendición del sumo Dios único” (197).  ¿Qué opinas de esa caracterización?
  5. La caracterización de Mazaltob como persona que trafica en amores por razones de dinero corresponde a su prototipo, la Celestina:

    "Mazaltob, que siempre le oía con gusto por la riqueza y buen son del habla, se burló de él aquella noche mientras le servía la cena, y riéndose le dijo: «Bien garrida (elegante) es Yohar, por merced del alto Criador… pero más, más… oye de mí… más que su blancura valen las arcas pretas del padre de ella, hombre apañador…" ("arcas" = baúl donde se guardan joyas y cosas de valor; "apañador": the idea is, more or less, "someone able to take care of you," materially in this case)

    Ver (de nuevo): "La Celestina: Un mito nacional"


CAPÍTULO III

Resumen: Juan y Gonzalo (Yahia y el Nasiry) huyen de las tropas españolas.  La admiración de Juan por el “prodigio de la metamorfosis” de “alta escuela” conduce al tema de Alí Bey (otra vez), cuya conversión (como hemos dicho) fue el producto de una larga y refinada educación.  En la conversación que sigue, Gonzalo revela factores fundamentales: (1) su ideología política (imitar = conquistar); (2) el contexto de sus cartas (prometió contar los acontecimientos de la guerra a un benefactor suyo que vive en Fez); (3) su descarada falsificación de la realidad, a modo de una crónica disfrazada.

Cosas que conviene considerar:

  1. Evalúa la admiración que Juan siente por Gonzalo en su conversión al Islam (202)

    "Con esto acabó el buen Yahia de ganar la confianza del que tenía por poderoso señor musulmán, o renegado de alta escuela, al estilo de Alí Bey... De veras admiró Juan el prodigio de una metamorfosis bastante perfecta para cautivar en confiada ilusión a todo un pueblo.

    Ponderó El Nasiry las ventajas de vivir en Marruecos en calidad de moro, disfrazándose para ello de lenguaje, de costumbres y de religión, y ensalzó el beneficio grande que resulta de existir allí muy pocas leyes, simplificación legislativa que compensaba el bárbaro despotismo del Sultán. Este no era tan intolerable para el hombre flexible y astuto que supiera adaptarse al suelo, y hacer sus pulmones al ambiente de un país sin gobierno excesivo, tiranía ciega y caprichosa. Era cuestión de marrullería (chicanery, trickery) de estudio de los hombres y de conocimiento de la fundamental ciencia del Mogreb, que es la Gramática Parda. Él había estudiado más que cien bachilleres de Salamanca para llegar a la cabal asimilación del Islamismo por el lado religioso, por el civil y moral, y podía decir, aparte toda modestia, que pocos picaron tan alto en la sutileza de la conquista. «La llamo así -prosiguió-, porque conquista personal es lo que yo he realizado, y no hay otra manera de penetrar en esta salvaje familia. Los españoles no imitarán en conjunto mi obra, y por no imitarme, no serán nunca dueños de Marruecos, a pesar de estas guerras y de estas batallitas vistosas... sí, muy vistosas y con música, hijo mío, pero nada más... Y por fin, si tu intención es quedarte aquí, tómame por maestro, y no des un paso ni respires sin consultarme previamente. Prepárate a una labor dura, y trae a tu entendimiento todas las luces que andan por esos mundos, y alguna más que tú inventes, pues la sabiduría y picardía labradas por los demás no son bastantes, y hacen falta picardía y saber nuevos que cada cual debe sacar de donde pueda»."

  2. En varios momentos Galdós alude al monoteísmo como enlace esencial entre los judíos, cristianos y musulmanes (en un momento se refiere a Dios, Allah y Adonai o Jehovah como una sola divinidad).  Aquí (206) vuelve sobre este tema de manera explícita: [el Nasiry] “Allah me guarde siempre… o Dios, si tú quieres… y en confundirlos no hay pecado, que de estrellas arriba el que manda es quien es, y no se cura de que así le demos este nombre o el otro”.  ¿Qué paralelos podríamos trazar entre estas referencias y la presentación de la Guerra de África como una “guerra civil”?
  3. Importante: nota la oposición que surge entre Santiuste y Ansúrez (Yahia y Nasiry) en torno al tema del fingimiento (204):

    "Como Santiuste declarara enérgicamente que no haría jamás abjuración verdadera ni fingida de su fe cristiana, El Nasiry, luengo de marrullería, astuto y nada corto de explicaderas, le dio palmadas en el hombro diciéndole: «Hijo, vete pronto a España, vete a cualquier país civilizado, que en África no tienes más carrera que la de mendigo si no estudias todas las artes del fingimiento."


CAPÍTULO IV

Resumen: La imagen que Galdós pinta de las tropas españolas entrando triunfalmente por las puertas de la ciudad de Tetuán cierra el marco abierto con la imagen de las tropas marchándose de Madrid, al comienzo de la novela. En su paseo final por Tetuán Juan topa con el escritor Pedro Antonio de Alarcón y plantea el dilema político final: “Si vosotros con el acero y la pólvora habéis hecho una gran conquista de guerra, yo, con pólvora distinta, he hecho una conquista de paz.  ¿Cuál será más duradera, Perico…?”

Cosas que conviene considerar:

  1. ¿De qué conquista habla Santiuste?
  2. ¿Por qué crees tú que Galdós termina este episodio nacional con una pregunta abierta?


TEMAS GENERALES

REFLEXIÓN Y SÍNTESIS: LOS LÍMITES ÉTICOS DE LA REPRESENTACIÓN

Diferentes aspectos de esta novela podrían conducirnos a la siguiente conclusión: que a Benito Pérez Galdós le interesa cuestionar los medios de información y comunicación por encima de lo que se comunica. O sea, plantea la espinosa cuestión de la moralidad de los métodos o medios de la representación: de cómo se representa la guerra, por ejemplo, en este caso, de la responsabilidad de los informantes ante su temática y ante su público. ¿Entra dentro del campo de interés de Pérez Galdós la cuestión de cómo se representa al otro, al 'oriental'?

Trata de repasar las diferentes maneras y los diferentes momentos en que esto queda particularmente claro. Intenta formular tu propia opinión sobre los logros, las intenciones y las limitaciones de Galdós en este sentido.