España y África: Los pintores del siglo XIX ante la historia

La historia se convirtió en una auténtica obsesión entre pintores y escritores en el siglo XIX.  Este fenómeno se debe en gran parte a todos los fenómenos históricos, políticos y culturales que fomentaron el auge nacionalista entre casi todos los países y pueblos de Europa. El historicismo de las primeras décadas del siglo está claramente teñido con los colores de un romanticismo que tiene sus raíces, por ejemplo, en la novela histórica de Sir Walter Scott: un historicismo que tiende a idealizar o romantizar (o "endulcorar") la historia nacional, algo que puede notarse en la manera de representar el pasado y en la selección de lo que se representa.  (Para más información sobre el Romanticismo, puedes consultar la página de web para Español 223: Introducción al Romanticismo) El interés entre los pintores románticos por la derrota del último "rey moro" de Granada, expulsada por los Reyes Católicos en 1492, nos ayuda a comprender mejor el contexto en que se movían autores como Francisco Martínez de la Rosa se movía a la hora de escribir su drama histórico Aben Humeya o La rebelión de los moriscos (estrenado en 1830).  A la vez predomina el interés por el pasado medieval (véase cuadro de Pérez de Villaamil sobre la conquista de Cuenca) y por la época de en que los Reyes Católicos empiezan a construir un imperio sobre los escombros de otros imperios derrotados. 
A mediados del siglo XIX el Romanticismo empieza a ceder ante el Realismo, en pintura y literatura.  Este giro estético coincide más o menos con acontecimientos históricos de enorme importancia para las relaciones entre España y los países del sur: la invasión de Marruecos en 1859.  Para estos fines y efectos la figura del pintor Mariano Fortuny es clave.  Como indica la guía de lectura correspondiente (consulta la introducción a Mariano Fortuny), Fortuny fue encargado por la Diputación de Barcelona para ir a Marruecos y documentar la guerra en pintura.  Fortuny ya había viajado por Andalucía y, como los pintores orientalistas europeos, se había enamorado del legado islámico presente en suelo ibérico.  Cumplió con sus obligaciones de documentar la guerra, tal y como se ve en cuadros incluidos aquí.  Además estableció cierto modelo a seguir, si así podemos juzgar los lienzos de otros pintores incluidos abajo.  Pero como podéis ver en otra página (Índice/Mariano Fortuny), este pintor, de un gran talento artístico, terminó interesante por Marruecos y los marroquíes muy al margen de los acontecimientos políticos y militares.  En el índice mencionado recomiendo muchísimo que repases las imágenes de su fase orientalista, ya que Fortuny es sin duda uno de los pintores más destacados en este género, por lo menos desde el punto de vista de sus logros técnicos y estilísticos.

Joaquín Elpalter y Rull (1809-1880): 
"El suspiro del moro o Boabdil al dejar Granada (en 1492)" (1854)
Unceta López, Marcelino (1836-1905): 
"El suspiro del moro" (1885)
Moreno Carbonero:
"La rendición de Granada (en 1492)"

Manuel Gómez-Moreno González (1834-1918): 
"La familia real abandonando
los reales alcazares" (1880)
"La expulsión de los moriscos
de Granada" (1880)
Rafael (Texedor Díaz) Tejeo (1798-1856): 
"Ibrahim-el Djerbi o el Moro Santo cuando en la tienda de la Marquesa de Moya se intentó asesinar a los Reyes Católicos"

López Portaña, Vicente (1772-1850):
"Los Reyes Católicos reciben
una embajada del rey de Fez"
Jenaro Pérez Villaamil (1807-1854): 
"El juramento de Alvaro Fáñez de Minaya después de la conquista de Cuenca" (1847)

 Eduardo Rosales Gallina (1836-1873): 
"Episodio de la Batalla de Tetuán" (1886) 
Joaquín Domínguez Bécquer  (1817-1879):
"La paz de Wad-Ras"

Atienza:
"El ejército de África recibido
en la Puerta del Sol"

Mariano Fortuny:

"La batalla de Tetuán"    
"La batalla de Wad-Ras" (1862)    
"La carrera de pólvora" (1863)    

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